lunes, 7 de mayo de 2012

La sostenibilidad del sistema social (I)

Arranca esta entrada en una conversación via email con unos amigos, en los que discutíamos varias cosas, entre ellas el sistema de cobertura social del que disfrutamos, y que está de actualidad, al verse sujeto a diversas medidas de ajuste que han generado bastante polémica.

Reproduzco la parte final del último email que recibí del amigo Dani, que espero no le importe que cite:
"Respecto a la sostenibilidad del sistema, creo que nadie duda que las 2 principales vías son
a) aumentar impuestos, y b) reducir prestaciones (aparte de evitar despilfarros, ser más eficientes, etc.). Y como retrasar la edad de jubilación tiene los dos efectos, es de cajón empezar por ahí. De momento han ampliado a los 67, y parece poco, pero por algo hay que empezar. Lo que no es normal es que hasta 2011 no se tomara esa simple medida (por cierto una medida que tomó el PSOE y que Rajoy criticó en su día, él abogaba por los planes privados de pensiones, pensaba probablemente en sus votantes... y en sus amigos banqueros)."
En este tema tenemos que partir de una base, y esta puede ser que el sistema actual es insostenible, por la principal razón de la inversión de la pirámide poblacional. O sea, que hay cada vez más viejos y menos jóvenes que puedan trabajar, pagar impuestos y sostener al resto.
Apuntas que hay dos vías para apuntalar el sistema. Eso no es del todo cierto. Hay dos vías... si mantienes el actual sistema.  El sistema que tenemos en la actualidad , creo que llamado distributivo, viene a funcionar como sigue:  existen unos ingresos en la Seguridad Social en estos momentos. Existen también unos gastos. Con esos ingresos se pagan esos gastos. Cuando los ingresos son mayores que los gastos, fantástico.  Pero cuando cada vez hay menos ingresos , más gastos, y sabemos con certeza que esto es una tendencia irreversible,  tenemos un problema ahora, y en el futuro es necesario que el sistema colapse. 
Las dos vías que apuntas vienen a decir: bien, lo que hay que hacer es aumentar el flujo de entrada de dinero (impuestos), y disminuir el flujo de salida (recortar prestaciones).  Eso podría valer a muy corto plazo Pero tenemos dos problemas, uno para cada vía :
- Uno , la famosa curva de Laffer. Pasado un punto , todo aumento de impuestos conlleva una disminución de la recaudación.  Este fenómeno, ampliamente demostrado pone límite al porcentaje de impuestos que una sociedad puede pagar.  Si a esto añadimos que , por el problema de inversión de la pirámide de población, cada vez hay menos pagadores de impuestos, la consecuencia es que el flujo de entrada de dinero al sistema social disminuye, e ira disminuyendo inexorablemente en los próximos años.
- Dos, la disminución de prestaciones. Derivado de lo anterior, la consecuencia lógica es que cada vez habrá más personas que deberán ser atendidas en el sistema de atención social, y para esa atención habrá cada vez menos dinero. Por tanto, llegará un punto en el que los ciudadanos percibirán que pagan una cantidad exagerada de su renta para recibir unas prestaciones que no se corresponden con el esfuerzo realizado.  Por tanto cada vez los individuos intentarán por todos los medios pagar lo menos posible a un sistema que "no les compensa", con lo que la destrucción de este se retroalimentará. 
A estas dos razones, añado yo una tercera, tan importante como las anteriores: Poca gente parece darse cuenta que no existe una relación directa entre lo que uno aporta al sistema y lo que recibirá en su día, puesto que lo que se aporta hoy sirve para pagar las pensiones de hoy, y lo que este contribuyente recibirá en forma de pensión, dependerá directamente de lo que ingresen los trabajadores de ese momento. Por lo tanto, es una cuestión más de fé que de otra cosa el pensar que el esfuerzo actual a la hora de pagar, repercutirá en una mayor o menor pensión en el futuro, sobre todo viendo las perspectivas expuestas en los anteriores puntos.
Estas tres razones, que parecen imposibles de evitar, hacen, a mi juicio, que el sistema contributivo que tenemos sea inviable cuando se aplica a una sociedad que tiende al envejecimiento, y que ha disminuido el número de hijos hasta tasas negativas.
Por tanto la solución no está en ninguna de las dos soluciones propuestas, ni por supuesto una combinación de ambas, sino que es el sistema en sí el que no puede sostenerse en el tiempo.
Entonces, ¿cual es la solución a este problema? Daré mi opinión al respecto en la siguiente entrada.

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