miércoles, 23 de mayo de 2012

Por arte de magia.

     La prestidigitación consiste fundamentalmente en atraer la atención sobre la mano derecha mientras la izquierda hace el trabajo "sucio".

     Cuatro años y medio de crisis después, y, transcurridas mil y una cumbres, "solo" se ha conseguido que no reviente todo; ahí queda la hazaña. Jesús Huerta de Soto, parafraseando a Marx, dijo que "el opio del pueblo es la expansión crediticia". La solución final acabará siendo una salida mediante inflación o sea dándole un nuevo chute al drogadicto y consiguiendo que las deudas reales no sean pagadas. Es antidemocrático, perverso, nos hace a todos más pobres y le manda un mensaje contaminado a los jóvenes que borrarán la palabra esfuerzo de su vocabulario. Algunos no lo entienden, muchos lo ven bien y otros lo consideran inevitable. El caso es que un problema tan serio debería ser afrontado saneando sus cimientos o al menos eso indica el sentido común. Si lo parcheamos al final el problema acabará reproduciéndose y costará más caro. La inflación solo le pega una patada al problema y nos lo volveremos a encontrar más adelante en el camino; nosotros mismos, nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos.

     Mientras tanto se sigue hablando sobretodo de fútbol (un extraño sinónimo en España de deporte), de toros (como fiesta o como arte, poco importa) y los reality-shows siguen triunfando en prime time. La mano derecha es muy efectiva y la utilizan tanto regímenes totalitaristas como democráticos: ¿las dos caras de una misma moneda? Algunos telediarios incluso dedican más tiempo al fútbol que a todo lo demás y nadie parece escandalizarse sabiendo que, con cinco millones de parados, unos señores en el mundo de yuppi, completamente ajenos a la realidad, ganan millones por pegarle patadas a un balón. Es más, los campos de fútbol aparecen abarrotados de gente. Entradas a 400 euros y algunas a 6.000 euros. Ver para creer. ¿Hay crisis o todos los espectadores son millonarios o algunos no dan de comer a sus familias para ir al fútbol? Sí, claro, todo el mundo puede divertirse como quiera pero ¿a cualquier precio? ¿a base de más endeudamiento? ¿Tanto se parecen el ladrillo y el fútbol que ciegan la vista? Y mientras un cirujano es criticado por ganar unos miles de euros anuales salvando vidas. Odiosas comparaciones.

     John Lennon nos recuerda que "la vida es aquello que va sucediendo mientras haces otros planes". Sencillo de entender, difícil de recordar. Ayer, en el último tramo horario, Wall Street se puso muy nervioso por el mero rumor de que Grecia estuviera preparando un borrador de salida de la eurozona.

     ¡Que siga la magia!

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