Lo que voy a comentar ha venido a raíz
de una discusión que tuvimos mi hermano y yo, sobre el caso de unos
amigos que pidieron un préstamo por un valor elevado, y ahora tienen
serios problemas para pagarlo, aparte de que el piso que compraron
con ese préstamo vale menos que la deuda que les queda por pagar.
Caso bastante normal, desgraciadamente, en los tiempos actuales. Y la
discusión vino por dilucidar quién era el culpable de haber llegado
a esta situación. Mi hermano era partidario de repartir la culpa
entre el banco y sus amigos. Uno por dar un préstamo que no era
aconsejable, y los otros por meterse en una empresa demasiado
arriesgada. Yo, por supuesto, discrepaba, diciendo que mi hermano,
al igual que muchos otros, mezclan problemas distintos, y pecan de no
tener ciertas ideas tan claras como debieran.
Me explico.
Aquí confundimos dos temas diferentes:
por un lado la mala gestión de los bancos, que les ha llevado a la
situación actual. Se ha hablado mucho de esto, y de si somos los
contribuyentes los que debemos ir en su rescate si las cosas les van
mal, aunque cuando han ganado dinero no lo han repartido entre
nosotros. Y sobre el famoso riesgo sistémico, aquel que dice que si
dejamos caer un banco todas las plagas de Egipto caerán sobre
nosotros, habría que pensar hasta qué punto es cierto, y de serlo,
si después de las ayudas generosamente enviadas, se ha hecho algo
para eliminarlo, o dentro de diez años tendremos el mismo
riesgo, con equivalente obligación de ir en ayuda de los banqueros.
Todo esto está muy bien, pero es un problema completamente diferente
del que apremia a los amigos de mi hermano. Por tanto, la
responsabilidad de su situación puede que no reacaiga en estas
entidades.
Veamos este problema. Unos particulares
acuden a un banco a solicitar un préstamo. Tienen unos determinados
ingresos con los que piensan afrontar los pagos. Nadie les obliga a
pedir esa cantidad, ni a comprar ese inmueble. Existen seguramente
viviendas más económicas que la que han elegido, y en último caso,
existe el alquiler. Pero por los motivos que sean, y que ellos han
valorado, deciden comprar esa casa a ese precio. Resulta que a la
vista de los acontecimientos, fue una decisión imprudente y
arriesgada. Y ahora hay una opinión muy extendida de que el banco
“no debió darles el préstamo”. O sea, que el banco tenía que
actuar de padre responsable de estos chicos, y velar por su bienestar
futuro. Aquí algo chirría. ¿De verdad que se puede exigir a un
negocio que vele por los intereses de sus clientes, por encima de los
suyos? Entonces a una persona que va a comprar una televisión, por
ejemplo, el dependiente de la tienda debería indicarle el lugar
donde ese mismo aparato está más barato, si es que existe, o en un
bar no deberían servir un segundo whisky a nadie, porque seguramente
le producirá malestar al día siguiente. Así podríamos seguir con
ejemplos igual de absurdos en todos los comercios que se nos ocurran.
Si son ridículos , ¿por qué a los bancos se pide que actúen de
esa manera?. Mi opinión es que la responsabilidad de esa decisión,
y de la situación en la que se encuentran es completamente de los
chicos que abrieron la hipoteca, y que actuaron libremente,
exponiéndose a las posibles consecuencias, tanto positivas como
negativas.
Y aquí llega la idea que estimo no
está suficientemente clara para mucha gente. No creo que a nadie que
le preguntes te diga que la libertad es mala. O que quiere menos
libertad. El concepto de libertad se tiene como algo intrínsecamente
bueno, pero lo que todo el mundo no asume es que la libertad lleva
consigo una carga equivalente de responsabilidad. Es imposible ser
libre para tomar tus decisiones, y al mismo tiempo, si éstas
decisiones salen mal, tener a alguien que cargue con las
consecuencias. Eso es sencillamente absurdo. O se es libre, o se
pierde una parte , o toda la libertad a cambio de no asumir la
responsabilidad que acarrea.
Y la falta de claridad sobre este tema
es la que hace que muchas personas pidan que se paren los embargos de
sus casas, o que se les rebaje la cuota que suscribieron, o que , en
definitiva, se les saque del lío en el que ellos solitos entraron
por su pie. Y que, por supuesto, lo paguemos entre todos. Pero si,
como pasó en época de burbuja, compras una casa por un valor , y la
vendes un año después ganando un treinta por ciento, a nadie he
oído que quisiera pagar una parte de ese beneficio a la comunidad,
para tener dinero con el que salvar a otros que no tuvieron tanta
suerte. Y es que en el fondo, intentan hacer lo que se está haciendo
con los bancos : privatizar beneficios y socializar pérdidas.
Y la paradójica conclusión de todo
esto, es que si uno no está de acuerdo en los rescates a los bancos,
si es coherente, por las mismas razones tampoco lo estará con salvar
de los embargos y las cuotas impagables a aquellos que tomaron malas
decisiones.
Curioso, ¿no?.
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