lunes, 28 de mayo de 2012

¿A quién culpo de mi hipoteca impagable?


Lo que voy a comentar ha venido a raíz de una discusión que tuvimos mi hermano y yo, sobre el caso de unos amigos que pidieron un préstamo por un valor elevado, y ahora tienen serios problemas para pagarlo, aparte de que el piso que compraron con ese préstamo vale menos que la deuda que les queda por pagar. Caso bastante normal, desgraciadamente, en los tiempos actuales. Y la discusión vino por dilucidar quién era el culpable de haber llegado a esta situación. Mi hermano era partidario de repartir la culpa entre el banco y sus amigos. Uno por dar un préstamo que no era aconsejable, y los otros por meterse en una empresa demasiado arriesgada. Yo, por supuesto, discrepaba, diciendo que mi hermano, al igual que muchos otros, mezclan problemas distintos, y pecan de no tener ciertas ideas tan claras como debieran.

Me explico.

Aquí confundimos dos temas diferentes: por un lado la mala gestión de los bancos, que les ha llevado a la situación actual. Se ha hablado mucho de esto, y de si somos los contribuyentes los que debemos ir en su rescate si las cosas les van mal, aunque cuando han ganado dinero no lo han repartido entre nosotros. Y sobre el famoso riesgo sistémico, aquel que dice que si dejamos caer un banco todas las plagas de Egipto caerán sobre nosotros, habría que pensar hasta qué punto es cierto, y de serlo, si después de las ayudas generosamente enviadas, se ha hecho algo para eliminarlo, o dentro de diez años tendremos el mismo riesgo, con equivalente obligación de ir en ayuda de los banqueros. Todo esto está muy bien, pero es un problema completamente diferente del que apremia a los amigos de mi hermano. Por tanto, la responsabilidad de su situación puede que no reacaiga en estas entidades.

Veamos este problema. Unos particulares acuden a un banco a solicitar un préstamo. Tienen unos determinados ingresos con los que piensan afrontar los pagos. Nadie les obliga a pedir esa cantidad, ni a comprar ese inmueble. Existen seguramente viviendas más económicas que la que han elegido, y en último caso, existe el alquiler. Pero por los motivos que sean, y que ellos han valorado, deciden comprar esa casa a ese precio. Resulta que a la vista de los acontecimientos, fue una decisión imprudente y arriesgada. Y ahora hay una opinión muy extendida de que el banco “no debió darles el préstamo”. O sea, que el banco tenía que actuar de padre responsable de estos chicos, y velar por su bienestar futuro. Aquí algo chirría. ¿De verdad que se puede exigir a un negocio que vele por los intereses de sus clientes, por encima de los suyos? Entonces a una persona que va a comprar una televisión, por ejemplo, el dependiente de la tienda debería indicarle el lugar donde ese mismo aparato está más barato, si es que existe, o en un bar no deberían servir un segundo whisky a nadie, porque seguramente le producirá malestar al día siguiente. Así podríamos seguir con ejemplos igual de absurdos en todos los comercios que se nos ocurran. Si son ridículos , ¿por qué a los bancos se pide que actúen de esa manera?. Mi opinión es que la responsabilidad de esa decisión, y de la situación en la que se encuentran es completamente de los chicos que abrieron la hipoteca, y que actuaron libremente, exponiéndose a las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas.

Y aquí llega la idea que estimo no está suficientemente clara para mucha gente. No creo que a nadie que le preguntes te diga que la libertad es mala. O que quiere menos libertad. El concepto de libertad se tiene como algo intrínsecamente bueno, pero lo que todo el mundo no asume es que la libertad lleva consigo una carga equivalente de responsabilidad. Es imposible ser libre para tomar tus decisiones, y al mismo tiempo, si éstas decisiones salen mal, tener a alguien que cargue con las consecuencias. Eso es sencillamente absurdo. O se es libre, o se pierde una parte , o toda la libertad a cambio de no asumir la responsabilidad que acarrea.

Y la falta de claridad sobre este tema es la que hace que muchas personas pidan que se paren los embargos de sus casas, o que se les rebaje la cuota que suscribieron, o que , en definitiva, se les saque del lío en el que ellos solitos entraron por su pie. Y que, por supuesto, lo paguemos entre todos. Pero si, como pasó en época de burbuja, compras una casa por un valor , y la vendes un año después ganando un treinta por ciento, a nadie he oído que quisiera pagar una parte de ese beneficio a la comunidad, para tener dinero con el que salvar a otros que no tuvieron tanta suerte. Y es que en el fondo, intentan hacer lo que se está haciendo con los bancos : privatizar beneficios y socializar pérdidas.

Y la paradójica conclusión de todo esto, es que si uno no está de acuerdo en los rescates a los bancos, si es coherente, por las mismas razones tampoco lo estará con salvar de los embargos y las cuotas impagables a aquellos que tomaron malas decisiones.

Curioso, ¿no?.

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